Octubre 19. Ciudad de México.
Uno de los mejores amigos que tiene el ser humano en la actualidad es la televisión, sin duda esa pequeña caja negra y luminosa, proporciona felicidad y entretenimiento, está contigo las 24 horas y 365 días del año; y suministra el cariño y confort algunos niños y jóvenes, los cuales sus padres no les prestan atención.
La tele tiene una enorme dualidad, por una parte es el medio de entretenimiento por excelencia, el cual todos quieren; y en segundo, gracias a la televisión y a sus programas, la gente es más manejable y manipulable. Y para variar, ni se dan cuenta de ello.
Recordemos con emoción aquellos programas los cuales hacían que millones de mexicanos, estuvieran pegados como maniacos al televisor; un ejemplo de estos programas “mierda” es Big Brother®, un reality show donde el morbo y la perversión de las personas, por observar a varios weyes en una casa, bañarse, dormir y hacer madre y media, con la finalidad de sólo entretener.
Es muy lamentable que este programa tuviera tanto éxito, incluso que llegaran a 10 ediciones, incluyendo las VIP, donde la temática, si es que tenía alguna, era la misma, sólo que con personas “famosas” y más buenonas.
Hoy en día, la palabra entretenimiento es muy difícil de encontrar en la televisión abierta, la existencia de programas disque “cómicos”, sólo nos muestran la mediocridad y la baja calidad de nuestros programas y de los actores; con intentos de parodias mal actuadas, interpretadas por actores salidos de las canteras jodidas de nuestras televisoras importante. Ese duopolio (Televisa – Tv Azteca) sólo nos ocasiona un deterioro y un conformismo por su programación.
Existió un momento muy desafortunado para los mexicanos, la existencia de los programas de concursos, los cuales para una mayor depresión, tuvieron un éxito abismal. Por una parte La Academia® y por el otro Bailando por un sueño®, el éxito fue tan grande que hasta sacaron como 15 generaciones distintas de cada uno.
Desafortunadamente para todos nosotros, la estupidez es parte de nuestro potencial y en una sociedad como la mexicana (tercermundista), los programas tienen que estar hechos a la medida de nuestro consumidor. En nuestro caso el potencial de los consumidores es de un niño de 6 años de edad, así que, si nos ponen programas estúpidos, es en gran parte, por nosotros.
La existencia de Programas de chismes con Fabiruchis, Pepillo Origel o Paty Chapoy, son otra muestra que la versatilidad de nuestros programas chafas, difícilmente podremos ver un programa con contenido interesante, ya que si llegara a pasar, no le entenderíamos o nos aburriríamos.
Seamos honestos, nos gustan los programas estúpidos, los hemos estado viendo desde la creación de nuestra amiga la televisión, así que por lo mientras sigamos disfrutando de nuestras telenovelas con la “Chule” y continuemos enriqueciendo a los productores para que sigan haciendo esos programas estúpidos, que tanto nos gustan.
por Miguel Contreras
– Reportero.
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