Día 30 de septiembre a las 9:30 a.m destino el SEMEFO (Servicio Médico Forense)
Objetivo: Despejar dudas y aclarar rumores acerca de esa institución.
Al llegar me di cuenta que ese edificio moderno establecido en una esquina, de primera impresión podría pasar desapercibido ante los ojos de cualquiera, sin embargo no lo que pasa ahí dentro.
Crucé por la primera puerta, el primer trámite burocrático, apuntar mi nombre y ver que guardo en la mochila, después pase al segundo paso “la ventanilla de información”, fue ahí donde hice mi primera pregunta a la mujer policía, ¿con quién puedo pasar para hacer una pequeña entrevista a cerca del funcionamiento de esta institución?, me comento que necesitaba una hoja oficial de la escuela y tenía que ser de una carrera a fin como medicina, odontología o antropología. Después de una larga labor de convencimiento aceptó decirme que subiera al piso 3 y que de lado izquierdo se encontraba la oficina del Subdirector de Enseñanza.
Llegué a la dichosa oficina, la secretaria me comentó de nuevo que así no iba a conseguir nada, pero que le diría a su jefe para ver que podía lograr con mi visita. Se metió a la oficina que esta justo atrás de su escritorio. Salió unos segundos después y me dijo: -entra, pero mi jefe es un poco difícil-.
Entre a la oficina del dr. Luna, si el título se gana por amabilidad el no llega ni a licenciado, una persona demasiado pedante, que no te deja ni hablar cuando se impone en la conversación y sólo te argumenta con una voz agria que ni tu ni tus preguntas sirven ni valen la pena, y que tu presencia sería menos repulsiva si el trámite burocrático de un dichoso papel te amparará.
Salí con esa negativa pero no quería quedarme con las manos vacías, entonces razoné que si no puedes entrar por la puerta principal, tal vez la opción sea por la puerta de atrás.
Al salir hablé con el policía que resguarda la puerta por donde entran las ambulancias con los cadáveres, el tipo al ver que me acercaba me dijo que si estaba buscando un cuerpo o que si ya lo había encontrado y antes de decirle algo me ofreció un buen servicio funerario, un buen negocio para un tipo que encuentra en su trabajo una paga miserable y ve un mercado enfrente de él. Al escuchar esto yo sólo dije que sí, y me dijo que su “amigo” daba un buen servicio a un muy bajo costo” me dijo que aguardara ahí mientras el llamaba a su amigo.
Al tratar de investigar un poco más argumenté que aún no encontraba el cadáver que andaba buscando, pero que lo más seguro es que estaría próximo a hacerlo. Dando las gracias me fui.
Ví dos tipos de bata afuera del instituto, llegué preguntando si eran peritos y respondió uno de ellos que eran residentes, les comenté mi situación de estudiante, pensando que ellos en calidad de similares me entenderían y me responderían un par de dudas. Contrario a mi pensamiento ellos se volvieron todas unas divas, y me dijeron que como futuros funcionarios públicos no podían dar explicaciones de ningún tipo. Se me fueron un par de preguntas a sabiendas de que tal ves no la contestarían:
-¿Han aumentado los índices de violencia en los últimos años en los cadáveres?
-No, son las mismas muestras de violencia en todos cuerpos, ni más ni menos.
-¿Y el número de víctimas ha aumentado?
-No, Sigue siendo el mismo índice, varía pero por muy pequeña cantidad.
Uno de ellos dijo ¡ya son las once vamos a meternos que nos van a dejar fuera! Y se metieron en el edificio.
Después regresaba al metro, sin haber obtenido nada grande, cuando en una esquina vi revistas de cuerpos cercenados y huesos, algo un poco más morboso que lo que se acostumbra en las notas amarillistas aunque los titulares eran tecnicismos médicos.
El voceador llegó mientras yo veía la publicación, y me dijo
–por veinte pesos puedes ver lo que está en las páginas de en medio-
-no gracias, sólo miro, oiga una pregunta ya lleva tiempo trabajando aquí supongo ¿conoce a los peritos?-
-claro dos grandes amigos son peritos-
-y que le cuentan de novedoso-
-que no me cuentan, ahí adentro no existe la moral-
-¿porqué?-
-ahí adentro existe de todo, robos a los pobres difuntos, tráfico de influencias, si algún personaje relevante se le ocurrió matar, ahí se limpian las pruebas para dar muestra a su inocencia, corrupción, de todo joven, de todo.
Y al finalizar esta breve entrevista con el amable voceador, continué mi camino, pero sigo fiel al propósito de volver y desenmarañar muchas dudas y ver que tipo de gente habita ahí, comprobar de primera mano si todos los rumores que rondan a los muertos son ciertos. Así que esta investigación continuará… total no pasará de que me quieran romper la madre, o de menos que de una buena putiza no me salve…

Diego Javier Juárez López
- Reportero
3 comentarios:
Esta vez le faltó mi buen amigo, espero con ancia la segunda parte.
inche SEMEFO, inche Dr. Luna,inche chica de los cursos, inches muertos....
MIKE...
inche diego
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