Desfile del 16 de septiembre.

Miércoles 16 de septiembre de 2009. Ciudad de México.- Después de tantos días hablando de lo mismo: que las lluvias, que el atentado, que la Selección Mexicana; llega un momento de calma para los dirigentes de este chulo país y un nuevo tópico de que hablar para toda la semana. El día de la Independencia de México, pero no es cualquier día de la Independencia común y corriente; sino es el festejo número 199 de ésta.
Después de que nuestro presidentazo Felipe Calderón frente a una multitud de mexicanos en el Zócalo nos grita a todo pulmón ¡Viva los héroes que nos dieron patria! y consecutivamente el ¡Viva! A todos nuestros héroes patrios (Hidalgo, Moleros, Josefa Ortiz de Domínguez, Allende, por mencionar algunos), llega el momento tan esperado, el ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! Seguido de los campanazos y los fuegos artificiales. Como buenos mexicanos, la pachanga apenas comienza, después del grito, el celebrar la Independencia con un buen plato de pozole, mucho alcohol y unas canciones típicas de esos días, es tradición, y que mejor si el día siguiente no hay que levantarse a trabajar, en algunos casos.
Si bien cada 16 de septiembre, la Ciudad de México presencía de uno de los eventos o quizás el evento más importante para los militares a excepción de sus cumpleaños, el famoso desfile; digo famoso porque se preparan todo un año para este momento y a parte se les paga.
Casi 2 horas de ver a unos soldaditos, marchando y cantando coros que los animan más, observar a las distintas fuerzas armadas, que al parecer sólo existen para este día y todo el arsenal de armas que se posee, son sacados para que se ventilen un poco y no se oxiden. Circularon por las calles de 5 de mayo, Eje Central, Francisco I. Madero, Paseo de la Reforma hasta llegar a la glorieta de Diana Cazadora.
Otros que llamaron mucho la atención fue la fuerza aérea que a las 11 am, se empezó a escuchar como estremecían el cielo, para esto, el presidente Calderón veía desde el balcón central del Palacio Nacional.
Aunque hay que admitir, que en los últimos 3 años al Ejército Mexicano se le ha visto más veces en la televisión y en acción, que por cierto, coincide con los años que Calderón tiene gobernando este país y luchando contra el narcotráfico.
El demostrar a un pueblo que está bien protegido, con un desfile militar de soldaditos de plomo, sólo nos demuestra, que si se llevaran a batalla no servirían de nada, frente a un mundo con armas bioquímicas y bombas nucleares.
Está bien que tenemos un ejército de tercer mundo, orgullosos de serlo, y aún más orgullosos porque cada 16 de septiembre son vistos por muchos familiares y amigos, que los apoyan con serpentinas, espanta-suegras, banderitas y una cantidad de gente que llega desde temprano a Reforma para verlos pasar.
Este desfile fue todo un éxito para el gobierno y muy majestuoso para el pueblo mexicano, llegó en el momento preciso, sirve para olvidar por un momento de la muerte del Rey de Pop y de “disque” informe presidencial; ahora sólo se espera que llegue el próximo 16 de septiembre, para volver ver a un supuesto ejército, encabezados por soldaditos de plomo, marchar con gran emoción por el paseo de la Reforma u otro evento que calme las aguas (literalmente) en la Ciudad de México.

– Reportero.
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