jueves, 8 de octubre de 2009

METRERAS

México D.F, 4 de octubre del 2009. Es bien sabido que en el último vagón de las estaciones del Metro existe todo un rito de ligue entre gays, no es que este vagón sea exclusivo de esta comunidad, pues sucede en todos los vagones y en todas las líneas, simplemente se presta más en el último, con excepción de la línea que va para Ciudad Azteca en el que podrás abordar el primero para percatarte de esto y bajo el reloj de la estación Hidalgo en la Línea Azul.

Este mundo subterráneo cuenta con cientos de historias de temática erótica y sexual, aunque también forja fuertes relaciones entre aquellos que lo hacen habitualmente, refiriéndome al acto de ir entre las 7 y las 12 pm para ver que se encuentran y echar desmadre entre amigas. Y como para todos hay, lo congruente será que te encuentres de TODO, este de todo reúne a jotas, vestidas, closeteras, daddys, osos, leatheronas, posonas y de vez en cuando una que otra chichifa, no es que esto sea un muestrario o catálogo pues también habrá estudiantes que salen de la escuela y señores que salen del trabajo buscando un poco de acción.

Para acercarlos más al tipo de situaciones que ahí suceden les contaré mi experiencia al abordar el último vagón. Eran las 10:17 pm cuando me dirigía a mi casa pues había finalizado mi horario de clases, para esto debo tomar la Línea Rosa en Isurgentes y de ahí transbordar en Tacubaya y tomar toda la Línea Naranja con dirección al Rosario, de entrada toda la primer línea estará abordada por gays, ¿por qué será?, pero bueno, nada pasó en mi pequeño recorrido de Insurgentes a Tacubaya, lo interesante llegó al transbordar a la Línea Naranja. Justo bajando las escaleras un chico alto moreno claro me rozó el brazo rebasándome y volteándome a ver, no se me hizo raro pues es muy común el contacto de ese tipo y las miradas en el ambiente, continúe caminando hasta llegar al final del túnel, donde había una parejita iniciando un faje y un oso a mi izquierda, voltee de reojo para ver si los polis no les decían algo, pero nada pasó. Fue muy poco el tiempo transcurrido cuando comenzó a escucharse que el metro se acercaba, finalmente se paró y abrió sus puertas para que nos incluyéramos en eso de las miraditas que en muchas ocasiones son bastante molestas, ya adentro, me senté y me dediqué a observar, no había mucha gente pero los pocos que estaban armarían todo el show pues conforme íbamos avanzando de estación en estación aumentaba la interacción de los usuarios, lo más incómodo fue cuando un señor de aproximadamente 32 años se me acercó, con un cordial saludo agarrandome la pierna , lo único que hice fue sonreír muy fingidamente mientras le quitaba la mano.

Hola ¿cómo estás? me dijo, muy bien, gracias, contesté, la verdad no quería hacerle platica pero el insistió, me comentó que vivía unas estaciones adelante y que sino me animaba a coger un rato, de nuevo salió mi sonrisa fingida, y le dije que no, al parecer estaba dispuesto a que yo accediera, acto seguido, se comenzó a masturbar junto a mí, sabía que el esperaba más acción de mi parte como la que estaban haciendo unos recién conocidos en asientos más adelante, pero está cabrón que llegues con alguien y accedas a tener el mínimo contacto sexual pues no sabes absolutamente nada de él, siendo paranoicos, podría ser un mataputos y que susto cuando andes por ahí en la calle todo tasajeado o violado por andar de caliente; nunca está demás suponer un escenario algo exagerado cuando se trata de tu seguridad.

Este tipo de cosas son comunes y muchos acceden a tener un rapidín ya sea cerca de las estaciones o en el mismo vagón, eso está más hardcore, pues ya hacen show y no faltan los voyeristas que se la anden jalando mientras ven a la parejita cogiéndose entre estación y estación, también en una onda más relax están los que esperan en las estaciones ya sea por las mañanas o en las noches para tener ya sea un mañanero o lo que salga por la noche.

El subir a este vagón no te asegura que siempre encontrarás demostraciones explicitas con alto contenido sexual, pero nunca faltará una miradita, y el típico ligue que consiste en el reconocimiento de la otra persona pasando de las miradas, a una sonrisa y de ahí el acercamiento para charlar.

Todo esto es real y no se queda en sólo leyenda, son sencillamente puntos de encuentro y contacto, surgen desde amistades hasta sexfriends, pero esto ya queda a criterio de aquel que se decida lanzar en este ambiente, personalmente se me hace súper nasty ver weyes cogiendo y ofreciendo su paquete o parándole el culo a quien desee, no digo que esté mal, pero simplemente no es para todos.

Octavo Zamitiz
- Reportero

A quién carajo le dicen así

Jotas: Gays sumamente afeminados, tienden a autobautizarse en femenino, ejemplo: Roberto ( La Roberta) son muy obvios y tienden a imitar a sus divas.

Vestidas: Gays con una súper producción enfocada a la mayor similitud posible con una chica, tienden a ser un poco agresivos.

Closeteras: Gays que no revelan su identidad secreta, al menos ellos creen que no se les ve.

Daddys: Hombres maduros gay que se quedaron en la adolescencia.

Osos: Gays que se caracterizan principalmente por su complexión robusta y exceso de vello que los recubre, imagínense un hombre Harley Davidson.

Leatheronas: Hombres con un fetiche por la piel, les verás usando pantalones de cuero y un sinfin de artículos para vestir del mismo material, aquí también puede entrar el hombre Harley Davidson.

Posonas: Son como los wanabee o bloffers en el mundo gay.

Chichifo: Chico que ofrece los dotes que le dio la vida por una determinada suma de dinero.

2 comentarios:

LOS DODOS dijo...

¡Bien, Zamitiz! Me encantó la crónica y me hiciste sonreír muchas veces. Vas en buen camino para encontrar tu voz en la escritura.

Comentario técnico: cuando hablas de las categorías pon un paréntesis con un asterisco (*) para que el lector sepa que más abajo está la explicación.

Ramiro G. dijo...

Muuuuuy completo, excelente nota, lo mejor de éste número! Felicidades señor.