
México, D.F. 5 de Septiembre.- En alguna ocasión Ralph Nader, activista y abogado estadounidense, dijo “La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud”, sin embargo, alguien más decidió que ésta no es ni delito, ni problema de salud, más bien tendría que ser redefinida como una excelente oportunidad de negocio.
Comúnmente asociamos la palabra adicción con alguna dependencia física o psicológica hacia alguna sustancia, persona o hábito, y es normal tal asociación de ideas pues “dependencia” es la palabra clave de una adicción.
Para estar del otro lado de las adicciones se requiere un poco de frialdad y objetividad, y comprender que la necesidad de unos es el negocio de otros. Así lo entienden muchas empresas y empresarios exitosos, desde el Chapo Guzmán, Phillip Morris, Ronald McDonald, pasando por cualquier dueño de un casino o table hasta el Papa Benedicto XVI, que ven en sus consumidores o feligreses algo aún más atractivo que la misma gallina de los huevos de oro.
Contrario a lo que un adicto representa para la sociedad, en términos publicitarios, no se puede obtener un consumidor más leal que un adicto, alguien que no sustituye marcas y tampoco se frena a reflexionar el costo real de sus vicios.
En la entrega de esta semana, Praxis Blog abordará el tema de las adicciones desde una perspectiva diferente, dejando de lado si son buenas o malas, más bien nos acercaremos a ellas desde el punto de vista estratégico. Entender a las adicciones como una industria es ponerse del otro lado del cristal, quizás suene un poco maquiavélico y cruel, pero habiendo tantas adicciones socialmente aceptadas, ¿por qué no habremos de sacarles provecho a éstas?
Conozcan las adicciones que han puesto de cabeza al mundo y cómo es la industria que gira en torno a ellas.

Juan José González
- Director General
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